En la tradición de las familias, se intenta, con la mejor de las intenciones, la unión en estos días de Navidad. Todo se pospone (diferencias, enfados, rencillas,…), para tener «la fiesta en paz». ¿Qué ocurre si las diferencias no son salvables, si estuviéramos forzando una situación incómoda, obligando a aparentar normalidad, presionando a un adolescente a representar un teatro, donde todo va bien, al menos, hasta la próxima reunión familiar?
Es importante hablar con nuestros hijos, resolver las diferencias, relativizar las conductas que tan preocupantes pueden parecernos. No dejemos nuestros problemas en manos de la Navidad, resolvámoslos y hagamos de la Navidad un momento más normalizado. Creemos nuestra Navidad familiar, afrontando la problemática existente, sin disimularla, y entonces, encontraremos la «Feliz Navidad».
Los profesionales tenemos que ayudar a las familias a evidenciar sus dificultades, a enfrentarlas a entender que forman parte de su dinámica. Pero también debemos explicarles que si se le da la importancia adecuada, tomando consciencia de la situación, se puede plantear una posible solución, que parte de todos los miembros. Elplanteamiento compartido será la clave del éxito.
Si tienes dificultades para comprender a tu hijo adolescente, quizás sólo necesitas escucharlo y quizás él solo necesite encontrar su sueño, su para qué, …. . Vescentia puede ayudaros.
Victoria Eugenia García Martínez
Psicóloga y Coach