Como ya sabéis los que me leéis, trabajo con adolescentes. Intento hacer mi función de psicóloga, enriqueciéndola con estrategias de coaching, sobretodo, con aquellos que ven cercana su mayoría de edad.
Como ya he comentado, en otras ocasiones, comparto la idea de no utilizar el paternalismo con estos chicos. Más si cabe, si han tenido una infancia difícil y se les plantea un futuro incierto.
Un día, una chica me comentó que se sentía insegura, que no se sentía capaz de luchar para conseguir su objetivo (ser independiente, terminar su formación, buscar trabajo y ser feliz).
Ante esta situación, le plantee hacer una toma de conciencia, utilizando la herramienta del GROW.
– G: GOAL, ¿qué quieres hacer? Le pregunté.
Comenzó con un discurso victimista sobre su pasado, sobre su mala suerte, la que siempre le había acompañado,… . A través del feedback y las preguntas, fue reflexionando sobre la siguiente idea: “es necesario posicionarse en la realidad, no avanzamos si nos centramos en el pasado”.
Después, comenzó a contarme que le gustaría “ser normal”, y con esto, se refería a no sentirse diferente a sus compañeros del instituto, a tener una familia que la quisiera,… .
– R: REALITY, ¿Cuál es tu situación actual?, le pregunté después.
Y me relató, muy claramente, su situación. Voy a cumplir 18 años, sé que no puedo contar con mis padres porque en 10 años que llevo de un centro de protección a otro, no han sabido ser referentes para mí. Ahora, en este momento de mi vida, no les voy a pedir nada más, como alguien me dijo un día, los he comprendido y los he perdonado, pero volver con ellos después de tanto tiempo, sabiendo que nada ha cambiado, no puede ser mi futuro.
– O: OPCIONES, ¿qué opciones tienes? Volví a preguntar.
Pues, tengo la posibilidad de aceptar la ayuda de mis tíos o arriesgarme y aceptar ese programa para la mayoría de edad que me ofrecéis.
Sé que si hago esto último, mis padres sentirán mi rechazo y no van a entender mi decisión, o quizás, no les importe, no estoy segura. Y mis tíos, puede que también me consideren una desagradecida, pero sé que me entenderán cuando hable con ellos, y podré contar con su apoyo cuando tenga la necesidad. Pero,… tengo que tomar una decisión y luchar por ella.
– W: WILL, ¿Qué vas a hacer, entonces? Y sobretodo, ¿cuándo vas a hacerlo?, le interrogué.
Creo que voy a acudir a la primera entrevista de ese programa que me planteáis. Voy a hablar con mis padres, aunque no me entiendan, necesito explicarles mi decisión. Después voy a hablar con mis tíos, necesitaré prepararme para este encuentro, ¿me ayudarás?, ¡por supuesto!, le respondí. Lo necesitaré para hacerles ver que eso es lo que quiero y que cuento con su apoyo en esta decisión.
Y por último, voy a seguir trabajando mi autoconcepto y las estrategias de afrontamiento, para sentirme más segura y poder enfrentarme a todas las dificultades que sé que van a ir surgiendo. Pero ya he aprendido que “cada dificultad es una nueva oportunidad para evolucionar”.
Esta chica tiene 24 años, después de dos años en el recurso de apoyo que se le ofreció a su mayoría de edad, con su formación terminada, consiguió entrar como becaria en una empresa, y actualmente, trabaja y vive en un piso de alquiler, que comparte con una compañera. A esta compañera, le cuenta una y otra vez, lo importante que fue el día que decidió SER FELIZ y dejar atrás su pasado, su victimismo, sus rencores y enfados y aprendió a perdonar y a pedir ayuda.
Si tienes a un adolescente cerca, deja de edulcorarle la vida, tanto azúcar al final, amarga. Son personas como tú, en otra etapa del ciclo vital y no necesitan la protección de “ten cuidado”, “no vas a ser capaz, déjame a mí”. Sino, la protección que le das cuando le dices “adelante”, “si te caes te animaré a que lo intentes otra vez”, “toma una decisión, un objetivo y lucha por él”, “POR SER FELIZ”.
Esto es lo que se consigue con el coaching, al principio, dudaba si con adolescentes iba funcionar, a medida que lo voy aplicando en mi trabajo, cada vez me convence más.
Victoria Eugenia García Martínez
Psicóloga y Coach.