LOS HOMBRES DE MI VIDA.

Por todos los que estuvisteis, los que estáis y los que estarán.

Sanando El Alma (@Soy_Gurupa) | Twitter

Eugenio, mi bisabuelo. Ese gran desconocido, al que nadie nunca reconoció. Llegaste a esta familia un día cualquiera, dejaste tu esencia y desapareciste. ¿Qué fue de tu vida? ¿supiste alguna vez de nuestra existencia? Hoy te reconozco, te acepto y te perdono porque eso me hace sentir mejor.


Manolo, papá, uno de los responsables de que yo esté en este mundo, con mis ángeles y demonios. Con nuestros más y nuestros menos, con nuestras historias de amor y odio, con la comprensión, la aceptación y el perdón mutuo. Ha habido momentos de estar más separados y otros de mucha conexión. Después de todo, nos encontramos ahora en un mar de calma, atracados en el mismo muelle donde tendremos tiempo para terminar de resolver cualquier cosa que quedara pendiente.


Juanma, mi hermano, compañero de aventuras y desventuras, con total confianza en mí. No conozco a nadie que me valore tanto en su vida. Es estupendo sentir que soy el trozo de madera que cogerás una y otra vez si ves que te hundes, con la plena confianza de que, agarrado a él, llegarás a tierra firme. Y aunque el destino puso tierra de por medio, no hay circunstancia adversa que consiga mantenernos separados cuando nos necesitamos. Tanto compartido y tanto por compartir, desde distintos puntos de vista, desde perspectivas, a veces, distantes, pero con todo el respeto y cuidado como si de un jarrón de cristal se tratase nuestra relación. Compartimos una vida, un vínculo, un lazo que no se puede cortar. Somos ramas de un mismo árbol con raíces fuertes y estamos dando frutos de lo vivido, haciendo crecer nuevas ramas cada vez más sanas porque fuimos curando heridas. Nos quedan muchas cosas por compartir, seguimos cada uno un camino independiente, pero con muchas paradas en común. Así que siempre, ante una dificultad ¡grita!, lo mismo haré yo y veremos el modo de encontrarnos.


Dámaso, mi primo, otro de mis hombres. Te recuerdo de pequeña con admiración, todo lo sabías, eras mayor. Ahora, ya desde una posición, más cercana me atrevo a hablarte de tú. Y me gusta escuchar tus historias que son las mías porque también contigo comparto árbol y ramas. Ramas muy fuertes que generaron vínculos eternos.


Hubo varios hombres después, David, ese compromiso familiar a la vieja usanza que no llegó a madurar por diferentes circunstancias. Y otros más que dejasteis en mí diferentes aprendizajes de juventud.

Javi, mi amante, mi amigo, mi confidente, mi compañero de viaje desde tan temprano en mi vida, desde que nos conocimos. No sabíamos, ni nos imaginábamos lo que el destino nos tenía preparado. Y hasta aquí hemos llegado, no como un final, sino como un continuo, de aquí hacia adelante, pasando por diferentes ciclos de la vida, superando todos los baches siempre juntos, no se me ocurre mejor modo. No conozco persona que me conozca y me quiera más, tal y como soy, porque contigo soy sin filtros, para lo bueno y para la malo. No necesito hablar, ya has escuchado; no necesito mirar, ya has visto. Y seguimos adelante, buscando nuevas aventuras, de esas que terminan siendo aprendizajes en nuestra historia.

Y no me olvido de todos vosotros, los que me acompañasteis en mi adolescencia y juventud: José Luis, Justo, Dani, Juan Antonio, Sergios, Manolos, Nachos, Javieres, Cipri, Nito, Félix, Alejandro, Roger, Marcos, Mario, Isaac, Saúl, Fran, Fofi, Gerardo, Miguel, David, Fernandos… Todos dejasteis vuestra huella en mi vida, desde el respeto, la escucha y el cariño. Con muchos de vosotros me encontré de nuevo, con otros continuamos viéndonos y a los demás, gracias por pasar, dejar lo mejor de vosotros y continuar vuestro camino.

En mi vida profesional y mi evolución personal, también he tenido vuestra compañía, Benito, José Antonio, José Luis, José Ramón, Carmelo, Juanma, Aretio, Alarcón, Paco, Álvaros, Chelu, y tantos otros que han compartido parte de mi camino en silencio y que a veces, no he llegado ni a ver. Agradecida porque a vuestro lado, siempre me he sentido valorada, motivada a mejorar, acompañada y libre.

Y al llegar a mi madurez, aparecisteis vosotros, Miguel y Sergio, con vuestra energía, vuestras diferencias, vuestras ganas de vivir, vuestro saber disfrutar… vinisteis para enseñarme todo aquello que me queda por aprender. Con las noches en vela, los desafíos, la ilusión, la diversión, la reflexión… vinisteis para que aprendiera a valorar a todos esos hombres que llegaron antes, para que les diera su sitio, para que resolviera mis conflictos, … y en eso estamos.

Esta es mi carta de reconocimiento y agradecimiento, a todos los hombres que son hombres con sus miedos, su llanto, su inseguridad, sus fallos y también sus éxitos, sus alegrías y su especial forma de ser. Y me queda la responsabilidad con los pequeños, de acompañarlos en su camino, prepararlos para que se valoren y se quieran y no permitan que les quiten su sitio en este mundo y que las ramas de este árbol, que es el de todos, crezcan cada vez más sanas y fuertes.

Gracias a todos por ser, por acompañarme, por estar y por seguir. Gracias a todos, gracias.

Publicado por Victoria Eugenia

Victoria Eugenia García Martínez. Psicóloga Sanitaria colegiada AN-04323, Logopeda colegiada 29/1203, Coach Personal CAC de ASESCO 11037 y Formadora.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: